Fueron enviados a una lucha que no eligieron, decidida por un gobierno que nadie eligió y para la cual no estaban preparados. Pibes asustados y sin el entrenamiento adecuado arrojados a las armas contra una de las mayores potencias bélicas del mundo. Hoy conmemoramos el día de los veteranos y de los compatriotas que perdieron la vida en la Guerra de Malvinas, último intento del régimen militar de revitalizarse ante el desastre económico y social generado por la dictadura instaurada en 1976.
Acosados por las denuncias de violaciones a los derechos humanos que se hacían escuchar en el exterior, la cúpula del gobierno de facto apeló a un cruel «manotazo de ahogado» que duró del 2 de abril hasta el 14 de junio de 1982 y costó la vida de 649 argentinos (entre ellos jóvenes de 18 años), mutilaciones y heridas a casi 1.300 y severas secuelas psicológicas que llevaron al suicidio a muchos ex combatientes.
Desde 2003, la «Cuestión Malvinas» y el reclamo de soberanía sobre las islas es considerada como una política de Estado y, en ese sentido, privilegia la búsqueda de la reanudación de las negociaciones con el Reino Unido, a fin de lograr una solución pacífica a la disputa.
En el 2012, se anunció la conformación de una comisión para la reapertura y el conocimiento público del «Informe Rattenbach». De esta manera, el Gobierno nacional impulsó la memoria y el honor para quienes lucharon en el frente de batalla y renovó su pedido ante el gobierno británico para que acate las resoluciones de las Naciones Unidas e inicie un proceso de diálogo con la Argentina.
El conflicto de Malvinas no solo ayudó a la caída de la dictadura cívico-militar, sino que marcó a toda una generación que luchó por la soberanía nacional. Por este motivo, desde el Sindicato de Luz y Fuerza de Rosario instamos a hacer memoria, abrazar a nuestros héroes y a nunca olvidar que las Malvinas fueron, son y serán por siempre argentinas.